El presidente Barack Obama, en uno de sus gestos más impresionante hacia las empresas, propondrá que se permita a las compañías cancelar en libros el 100% de sus nuevas inversiones en plantas y equipos durante 2011.
Según economistas de la Casa Blanca, el plan reduciría los impuestos de las empresas en cerca de US$200.000 millones en un plazo de dos años.
La propuesta, que se revelará el miércoles en un discurso en Cleveland, corona una serie de anuncios, que van desde una prevista expansión del crédito tributario para investigación y experimentación hasta US$50.000 millones en gasto adicional en carreteras, aeropuertos y ferrocarriles. Sin embargo, a diferencia de esas dos ideas -ambas conocidas en la campaña electoral de 2008 del presidente Obama- el incentivo de inversión abarcaría un anhelado deseo de economistas conservadores que nunca obtuvieron el respaldo necesario ni de los gobiernos republicanos ni de los gobiernos demócratas.
Funcionarios de gobierno esperan que las empresas asustadas por la tambaleante recuperación, pero que ya tienen inversiones en carpeta se apresuren a aprovechar el incentivo tributario. El impuesto sería retroactivo al 8 de septiembre, día en que se anunciará, de manera que las empresas no posterguen inversiones previstas mientras esperan la decisión del Congreso, que debe aprobar la propuesta.
En virtud de la nueva propuesta, las empresas podrán reducir su renta tributable para 2011 en la cantidad total de nuevas inversiones que hicieron en plantas, equipos y prácticamente cualquier inversión aparte de bienes raíces, señaló un funcionario de gobierno.
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