miércoles, 10 de marzo de 2010

Un movimiento para prohibir el uso de seguros contra cesaciones de pagos (CDS, por sus siglas en inglés), uno de los instrumentos predilectos de los inversionistas para especular contra la deuda de empresas y gobiernos, cobra nuevos bríos en Europa.

La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó el martes que su gobierno respalda una iniciativa para limitar el mercado de CDS, junto con Francia, Grecia y Luxemburgo, y sugirió que Europa actuaría por cuenta propia si EE.UU. no estaba de acuerdo con la medida.

José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, indicó que la entidad analizará la posibilidad de prohibir por completo el corretaje "puramente especulativo" de estos derivados.

Los comentarios de Merkel y Barroso constituyen la postura más radical hasta ahora contra los CDS y alimentaron el debate sobre su papel en las dificultades financieras por las que han atravesado varios países europeos.

Por su parte, Gary Gensler, presidente de la Commodity Futures Trading Commission de EE.UU. manifestó en un discurso cuyo texto fue divulgado el martes que EE.UU. podría adoptar normas para regular la transacción de CDS, a los que se considera uno de los principales culpables del virtual colapso de la aseguradora American Internationl Group Inc. (AIG), que tuvo que ser rescatada por el gobierno en medio de la crisis financiera en 2008. Gensler, no obstante, no indicó que EE.UU. estuviera dispuesto a prohibir los usos más especulativos de estos instrumentos.

Los CDS protegen contra la cesación en el pago de un bono. Si eso ocurre, el tenedor de un CDS recibe un pago por parte del vendedor del seguro. Pero los corredores no necesitan poseer los bonos para comprar la protección.

Cuando se deterioró la situación fiscal de Grecia y otros países europeos, como España y Portugal, los precios de los CDS que protegían contra una cesación de pagos de esos países se fueron a las nubes y los políticos lanzaron sus dardos contra los fondos de cobertura y otros inversionistas que se beneficiaban del derrumbe en los precios de los bonos.

Un estudio divulgado el lunes por Bafin, el regulador financiero de Alemania, no halló evidencia de que CDS hayan sido usados para especular contra la deuda soberana griega.

El estudio mostró que el volumen neto circulante de CDS ligados a la deuda soberana de Grecia bordea los US$9.000 millones, cifra que no registra grandes variaciones desde enero. Esto se compara con una deuda total del gobierno griego de alrededor de US$400.000 millones. "Los datos del mercado no muestran una especulación masiva en los CDS", concluyó el regulador.

¿Manos a la obra?

La prohibición que se evalúa en Europa les permitiría a los inversionistas usar CDS para protegerse contra posibles cesaciones de pagos de deuda soberana, pero les impediría adoptar posturas puramente especulativas. "Es difícil justificar por qué los jugadores del mercado deberían comprar seguros contra riesgos a los que no están expuestos", manifestó Barroso.

Los líderes europeos alentaron el martes el emprendimiento de medidas globales de EE.UU. y otros países pero dejaron en claro que no esperarían a que se produjeran antes de actuar. "Es importante que esto también se haga del lado estadounidense, pero creemos que un paso adelante de nuestro lado, de la Unión Europea, nos ayudaría", afirmó Merkel.

Los contratos de CDS han sido el blanco de duras críticas debido a su presencia en numerosas crisis financieras. Aparte del caso de AIG, algunos señalan que los inversionistas compraron estos instrumentos para atacar a Lehman Brothers y Bear Stearns en 2008. Lehman se declaró en bancarrota y Bear Stearns fue adquirida por J.P. Morgan Chase.

El mercado experimentó un auge. Hace siete años, los contratos de CDS ascendían a los US$3 billones (millones de millones); hoy la cifra supera los US$25 billones, según la Asociación Internacional de Seguros y Derivados. Debido a la escasa información disponible sobre quién compra y vende estos instrumentos, que generalmente se negocian en forma privada fuera de una bolsa, es difícil monitorear quién corre el riesgo de perder cuantiosas sumas de dinero y quien estaría ejerciendo presión contra la deuda de un país o una empresa.

Estos contratos pueden ofrecer protección útil para las distintas partes involucradas. Como tal, cualquier intento de restringirlose puede provocar una serie de consecuencias indeseadas, como un mayor riesgo para el sistema financiero y costos más altos de financiamiento para una variedad de países y empresas, advierten algunos observadores.

Restringir el uso de los CDS podría aumentar los costos de endeudamiento de varios países si los inversionistas sienten que tienen menos formas de protegerse contra un descenso en los precios de los bonos.

Se espera que el tema sea analizado en una reunión de ministros de Finanzas de la UE que tendrá lugar la próxima semana en Bruselas. Cualquier ley para restringir el uso de CDS debe atravesar los procedimientos a menudo intrincados de la UE y funcionarios de la comisión afirmaron que los abogados analizan la legalidad de una prohibición total.

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