jueves, 3 de junio de 2010

ALEMANIA REDUCE SU GASTO

El gobierno alemán tiene previsto anunciar recortes presupuestarios valorados en miles de millones de euros para reducir su déficit, a pesar de las esperanzas en la eurozona y en Estados Unidos de que la mayor economía europea mantenga abierto el grifo fiscal para respaldar la débil recuperación de la región.

La coalición de centro-derecha encabezada por la canciller Angela Merkel estudia medidas que van desde recortes en defensa a un aumento de los impuestos al tabaco para lograr ahorros e ingresos adicionales de unos 10.000 millones de euros (US$12.200 millones), el primer paso en una campaña para prácticamente eliminar el déficit fiscal dentro de algunos años.

Merkel ha advertido que se están revisando casi todas las áreas del gasto, incluyendo beneficios fiscales muy arraigados entre los alemanes. Su gabinete pretende alcanzar un consenso sobre la lista de recortes el próximo domingo o lunes. "Debemos asegurarnos de que no vivamos constantemente por encima de nuestras posibilidades", dijo Merkel en un reciente discurso.

El énfasis de Berlín en la frugalidad se produce en un momento en el que otros países y muchos economistas están pidiendo a Alemania que haga lo contrario: estimular la demanda interna un poco más para apuntalar una recuperación de la zona euro que corre el riesgo de verse frenada por la crisis de deuda en países como España, Portugal y Grecia.

El gobierno alemán dice que no tiene más remedio que reducir su déficit para acatar el llamado "freno a la deuda", un artículo constitucional aprobado a comienzos de 2009 que exige presupuestos prácticamente equilibrados a partir de 2016. La idea es impedir que un creciente déficit público socave el estado de bienestar alemán a medida que la población envejece.

El "freno a la deuda" exige a Alemania que recorte el llamado déficit fiscal estructural (que minimiza los ciclos económicos) a tan sólo 0,35% del Producto Interno Bruto a partir de 2016, frente a alrededor de 3% en la actualidad. El gobierno afirma que para ello se requieren ahorros de 67.000 millones de euros (unos US$81.800 millones) entre 2011 y 2016.

La crisis de deuda iniciada en Grecia ha intensificado la presión política interna para que Merkel ponga bajo control la deuda pública, obligando a su coalición a renunciar a su objetivo de recortar los impuestos a la renta, una promesa clave de su victoria electoral en octubre. Una encuesta divulgada la semana pasada de la consultora Forsa mostró que 76% de los electores temen que las finanzas públicas del país se encuentren fuera de control, un alza frente al 62% de febrero.

.El déficit fiscal alemán, que el año pasado llegó a 3,1% del PIB, es uno de los más bajos de la zona euro. Pero el déficit subiría a cerca de 5% este año, gracias principalmente al estímulo fiscal puesto en marcha después del colapso de Lehman Brothers. El gasto del paquete de estímulo, valorado en casi 2% del PIB este año, indica que la política fiscal alemana seguirá apoyando la recuperación económica en los próximos meses, dice Eckart Tuchfeld, economista de Commerzbank en Fráncfort. Pero los recortes que se avecinan implican que la política fiscal alemana será de menor ayuda a partir de 2011, agrega.

Algunos analistas consideran que el lastre será reducido. "Diez mil millones de euros en ahorros no socavarán la demanda interna" en una economía valorada en 2,4 billones (millones de millones) de euros, dice Alexander Koch, economista de UniCredit en Munich. El gasto familiar alemán suele depender generalmente del mercado laboral, que se está fortaleciendo lentamente, añade Koch. Los datos divulgados el martes muestran que la tasa de desempleo en Alemania cayó en mayo a 7,7% de la fuerza laboral, inferior al 7,8% del mes previo.

La preocupación reinante en relación a los recortes presupuestarios es que incluso déficits moderados pueden hacer subir la deuda pública total, que se espera alcance cerca de 77% este año, a niveles insostenibles en la próxima década e incluso después, poniendo en peligro la viabilidad de los sistemas de pensiones y de seguro social. Pisar el freno reduciría a la larga la deuda pública a 60% del PIB, en teoría el máximo nivel permitido por la UE, dice Koch.

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