viernes, 8 de octubre de 2010

LOS MERCADOS EMERGENTES

Las economías de los mercados emergentes, desde Sudáfrica hasta Brasil pasando por Tailandia, se están llevando la peor parte de las medidas monetarias expansivas que el mundo desarrollado ha adoptado, a medida que el dinero fluye a los mercados que ofrecen altos rendimientos, impulsando sus divisas y complicando sus políticas económicas.

"La Fed está inundando los mercados con liquidez, Japón está inundando los mercados con liquidez y el Reino Unido está inundando los mercados con liquidez. El problema es que un montón de dinero no se está quedando donde fue puesto", explicó David Carbon, economista de DBS en Singapur.

Los inversionistas toman dinero prestado a tasas de interés que están casi en cero en las economías desarrolladas que están atravesando problemas y lo envían a países como Brasil, Indonesia y Sudáfrica, donde los retornos son más altos y el crecimiento más robusto.

Impulsando la reciente ola de flujos está la creencia de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) reanudará sus esfuerzos para estimular el crecimiento a través de compras de deuda soberana, lo que inyectará más dinero en el sistema bancario, una práctica conocida como "flexibilización cuantitativa".

"Con los billones de dólares de la primera fase de la flexibilización cuantitativa todavía para quemar y con otro billón de una segunda etapa aparentemente en camino, seguramente va a tomar más que algunas semanas o meses o trimestres hasta que este tren se detenga", señala Carbon. Calcula que US$2.000 millones por día fluyen de los mercados desarrollados a las economías emergentes de Asia, basándose en que varios países han acumulado cerca de US$1 billón (millón de millones) en reservas desde que los mercados financieros comenzaron a recuperarse en abril de 2009.

.Ese flujo de dinero está causando dolores de cabeza, encareciendo las monedas y perjudicando a los exportadores. Esta enorme cantidad de dinero también puede crear distorsiones económicas en países más pequeños, incluyendo un alza de la inflación y temores de que los fondos podrían irse tan rápido como llegaron, lo que afecta a los mercados y los sistemas financieros.

"Muchas economías que están recibiendo importantes flujos de capital tienen que tomar medidas para evitar (que se creen) burbujas y problemas en sus economías", dijo el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Stauss-Kahn, en una conferencia de prensa el jueves durante la apertura de la reunión anual del organismo.

A largo plazo, aseveró, dejar que las monedas se aprecien es la mejor forma de lidiar con la situación, aunque no especificó a cuáles se refería. A corto plazo, agregó Stauss-Kahn, los países que reciben dinero pueden aumentar las regulaciones y las reservas de los bancos centrales y tomar otras medidas para controlar los flujos de capital. Durante muchos años, el FMI se había opuesto a los controles de capital, pero esa postura ha cambiado últimamente.

Complicando la situación para muchos países están los esfuerzos de China por controlar férreamente el valor de su moneda. El mayor exportador del mundo dejó que el yuan se apreciase menos de 2% contra al dólar desde que anunció que modificaría su régimen cambiario en junio. Mientras tanto, divisas como la rupia indonesia, el baht tailandés y el real brasileño se fortalecieron 10% en relación a la moneda estadounidense en ese lapso. La disparidad hace que muchos otros países emergentes teman que China esté ganando una ventaja competitiva para sus exportaciones, lo que los ha llevado a intervenir en el mercado para evitar que sus monedas suban demasiado rápido.

"El centro del problema es el desequilibrio entre China y EE.UU.", consideró el presidente del banco central de Israel, Stanley Fischer, esta semana. "Esta situación está causando agudas tensiones en los mercados mundiales".

Las intervenciones en los mercados cambiarios provocan que el dinero que ya es barato se derrame por la economía mundial todavía más. A medida que los países intervienen, absorben el flujo de dinero y en general lo reciclan comprando bonos del Tesoro estadounidense. Esto mantiene baratos los costos de tomar dinero prestado en EE.UU. Los inversores entonces toman el dinero y lo colocan otra vez en los mercados emergentes que ofrecen altos rendimientos.

Brasil también tomó medidas esta semana para controlar los flujos de capital a su economía, duplicando un impuesto a las inversiones extranjeras en algunos bonos brasileños e incrementando el dinero que el banco central tiene disponible para intervenir en los mercados cambiarios. Este año, Indonesia y Taiwán implementaron medidas más tibias para disuadir los súbitos flujos y salidas de capital.

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