viernes, 20 de abril de 2012
ESPAÑA E ITALIA
Todo lo bueno debe llegar a su fin. Las operaciones de refinanciación a tres años del Banco Central Europeo dieron a los bancos la capacidad para apoyar los bonos soberanos, lo que permitió unas sólidas subastas y la caída de las rentabilidades en España e Italia. Pero hicieron poco por alentar a los inversionistas extranjeros a regresar a estos mercados y ahora su capacidad está menguando. Ésta es una difícil combinación.
La propiedad de los bonos estatales está cambiando de manos. Los tenedores de deuda española no residentes descendieron hasta el 34,8% en diciembre de 2011 con respecto al 45,5% que representaban un año antes. En Italia, cayeron hasta el 45,2% frente al 52%. Los bancos son quienes absorben esta situación: en enero, las carteras de deuda pública de los bancos aumentaron un 9% tanto en Italia como en España. No sólo están comprando bonos en la subastas, sino que también están adquiriendo la deuda que venden otros inversionistas
Si este cambio continúa, ¿podrán los bancos absorber la oferta? Los bancos italianos tienen 60.000 millones de euros en efectivo del BCE disponible y los bancos españoles tienen 90.000 millones de euros, calcula JP Morgan. Pero los bonos estatales no son los únicos con derechos sobre ese efectivo. Los bancos se enfrentan a vencimientos de deuda por valor de 40.000 millones de euros en Italia y de 86.000 millones de euros en España. Los mercados de bonos bancarios se cerraron en abril, lo que sugiere que los bancos podrían conservar el efectivo para cubrir estos vencimientos. Ante la caída de los precios, podrían estar menos dispuestos a aparcar ese dinero en los bonos estatales. Las rentabilidades españolas ya superan los niveles a los que los bancos españoles probablemente compraron los bonos, estima RBS.
España e Italia se han adaptado a las condiciones del mercado. España ya ha recaudado un 47% de la financiación de 2012. Ahora ofrece pequeñas cantidades en subastas, reduciendo el riesgo del mercado. Italia ha recaudado sólo un 30%, pero está diversificando su financiación; emitiendo bonos para inversionistas minoristas italianos recaudó 7.300 millones de euros, mucho más de lo previsto. Esto les da algo de margen para respirar.
Pero los temores sobre la demanda es uno de los motivos por los que las rentabilidades están aumentando y las curvas de rentabilidad se están aplanando, algo que preocupa. Ni España ni Italia han logrado vender deuda de muy largo plazo, reduciendo el vencimiento medio a 6,4 años en España, frente al máximo de 6,7 años, y a 6,8 años en Italia, frente a 7,2 años.
Los próximos meses serán claves para España e Italia. Cuanto más tiempo estén alejados los inversionistas, más difícil resultará convencerles de regresar.
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