Los líderes de España y Portugal buscaron fortalecer los lazos comerciales con
sus ex colonias el pasado fin de semana, en medio de advertencias de algunos
líderes latinoamericanos de que las medidas de austeridad en Europa corrían el
riesgo de arrastrar la economía mundial.
La cumbre iberoamericana, un encuentro anual de los líderes de la península
ibérica y América Latina que se lleva a cabo desde 1991, subrayó el cambio en el
equilibrio de poder entre Europa y América Latina. Por décadas, Europa, y España
en particular, mantuvo una posición privilegiada en América Latina, y sus
empresas impulsaron la inversión extranjera en la región. El fin de semana, los
líderes de Portugal y España pidieron reiteradamente a América Latina ayuda para
sacar a sus países de su postración económica.
Hacia el cierre de la cumbre, las autoridades acordaron abrir proyectos de
infraestructura a más inversión privada mediante el fomento de alianzas
público-privadas en la región. Eso podría ser una oportunidad clave para España,
que cuenta con algunas de las empresas de construcción más grandes de Europa,
que podrían beneficiarse de la asociación con órganos gubernamentales de América
Latina.
También dijeron que reducirán la burocracia para las pequeñas y medianas
empresas que buscan hacer negocios fuera de su país y establecerán un centro de
arbitraje privado para ayudar a resolver disputas comerciales entre firmas de
América Latina, España y Portugal.
Estos dos últimos países atraviesan sus peores crisis económicas en décadas,
en las que el desempleo ha alcanzado niveles inusitados de alrededor de 25% y
16%, respectivamente. Los gobiernos esperan que sus economías sigan en recesión
hasta 2013, el segundo año consecutivo para España y el tercero para Portugal.
Entretanto, el malestar social se ha extendido en ambos países. El viernes, la
policía disparó balas de salva contra los trabajadores de astilleros que
bloquearon brevemente un puente en Cádiz para protestar por los despidos. Eso
tuvo lugar tras las huelgas que se produjeron el miércoles en toda Europa.
Por el contrario, el Producto Interno Bruto en América Latina crecerá 3,2%
este año y 4% en 2013, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE). El resurgimiento democrático ha ayudado a propiciar una mayor
estabilidad e inversiones en la región. La relación entre la deuda pública y el
PIB en Brasil y Colombia, en torno a 40%, es menos de la mitad que en Portugal o
España.
"Éste debe ser el siglo del renacimiento de América Latina y en cierto modo
ya lo está logrando", dijo el presidente de Chile, Sebastián Piñera.
Algunos líderes latinoamericanos reprendieron a España y Portugal por
insistir en severos programas de austeridad que compararon con los de muchos de
los gobiernos de las ex colonias iniciados hace dos décadas para hacer frente al
alza de la deuda externa, las enormes brechas presupuestarias y dolorosas
devaluaciones. Señalaron que América Latina sufrió como consecuencia "una década
perdida" de estancamiento.
"Es un error creer que la consolidación fiscal colectiva es beneficiosa",
dijo Dilma Rousseff, la presidenta de Brasil. "La confianza no se construye sólo
a través del sacrificio".
El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, dijo que la austeridad
ofrecía el único camino hacia el crecimiento.
Passos Coelho ha insistido a menudo que los países con grandes deudas sólo
recuperarán la confianza de los inversionistas extranjeros si demuestran que
pueden controlar sus finanzas.
Frente a una caída del consumo en sus mercados internos, las empresas
españolas y portuguesas dependen cada vez más de sus negocios en América Latina
para producir efectivo y ganancias. En 2011, el gigante español Banco Santander
SA generó cerca de la mitad de sus
ganancias en América Latina. A su vez, dos tercios de los clientes de Portugal Telecom
SA se encuentran ahora en Brasil.
Sin embargo, un nuevo fenómeno está surgiendo en América Latina, que
tradicionalmente sólo había recibido inversión extranjera. Cargada con dinero en
efectivo y acceso más expedito al crédito, las empresas latinoamericanas han
empezado a comprar activos en Europa.
En lo que va de 2012, las compañías latinoamericanas han anunciado compras de
activos europeos por más de 10.000 millones de euros (unos US$12.800 millones),
según el proveedor de datos Dealogic, de lejos la cifra más alta desde que
comenzó a seguir este tipo de transacciones en 1995.
Después de crecer en la región, muchas empresas latinoamericanas están
buscando usar Portugal y España como trampolín para expandirse en Europa, África
y Medio Oriente, sostiene Javier Santiso, experto en mercados emergentes de la
Escuela de Negocios de Barcelona ESADE. "Ya no es una relación unilateral",
señala.
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