En un documento interno clasificado como "estrictamente
confidencial", el FMI afirmó que subestimó considerablemente los daños que sus
recomendaciones de austeridad producirían en la economía griega, que ha estado
sumida en la recesión por seis años.
Sin embargo, el organismo recalcó que la reacción a la
crisis, coordinada con la Unión Europea, sirvió para ganar tiempo para limitar
los efectos para el resto de la zona euro.
El FMI, con sede en Washington, divulgó el documento el
miércoles por la tarde después de que su contenido fuera informado por The Wall
Street Journal.
En el transcurso de los últimos tres años, varios altos
directivos del FMI, incluida la actual directora gerente, Christine Lagarde , dijeron
reiteradamente en público que la deuda del país era "sostenible", y que se
saldaría por completo en el tiempo previsto.
El documento, sin embargo, califica las incertidumbres
en torno al rescate de Grecia de "tan considerables que su personal no podía
garantizar que la deuda pública fuera sostenible con una alta probabilidad".
Dos ex funcionarios del FMI dijeron que el consejero
general, Sean Hagan, advirtió en repetidas ocasiones a mediados de 2010 que el
programa de rescate griego bordeaba el incumplimiento de las normas del
organismo.
"Lo que sucedió en ese momento, y es mucho más fácil en
retrospectiva, es que no todos los criterios de acceso excepcional como estaban
definidos entonces se cumplieron", afirmó Lagarde en una entrevista la semana
pasada. "Y sin embargo había una necesidad apremiante al momento del respaldo",
agregó. Si el FMI no hubiera modificado sus reglas, "probablemente habría
significado un apoyo nulo del FMI".
Largarde dijo que el informe "probablemente nos llevará
a reevaluar las excepciones a los criterios de acceso excepcional (a fondos)" y
"ciertamente nos llevará a calibrar lo bien que trabajamos con los arreglos
regionales de financiación". El FMI también tratará de hacer que sus
evaluaciones de deuda sean más rigurosas, añadió.
El informe del FMI reconoce que fue demasiado optimista
en 2010 sobre las perspectivas presentadas por el gobierno griego, que hablaban
de un regreso a la financiación del mercado y de su capacidad política de
implementar las condiciones de su programa de rescate.
El Ministerio de Finanzas de Grecia y la Comisión
Europea no hicieron declaraciones.
El documento es el más destacado de una serie de
estudios que realizó el FMI en los últimos meses para evaluar la participación
de la institución en la crisis de la zona euro.
La gran beneficiada del rescate de 2010 no fue tanto
Grecia como la zona euro, sugiere el informe. Calificó el rescate como una
"operación de contención" que "le dio a la zona del euro tiempo para construir
un cortafuegos para proteger a otros miembros vulnerables y evitó posibles
graves efectos para la economía global".
En 2010, el FMI unió fuerzas con la Comisión Europea y
el Banco Central Europeo, formando la llamada troika, para concederle a Grecia
el primer rescate de 110.000 millones de euros (US$143.000 millones), una de las
ayudas más grandes de la historia.
La troika se encargó también del segundo rescate del
país, que se produjo en 2012. Más allá de Grecia, las tres instituciones han
manejado las ayudas a Irlanda, Portugal y Chipre.
Pese a que el FMI ha ido reduciendo el monto de sus
ayudas financieras a las economías de la zona euro, ha otorgado un total de
US$47.000 millones a Grecia, el mayor préstamo que ha emitido el organismo en
relación al tamaño de la economía de un país.
El FMI criticó el retraso a la hora de reestructurar la
enorme deuda griega, que se produjo en mayo de 2012. No obstante, reconoce que
reducirla antes de esa fecha fue "políticamente difícil" por la oposición de
algunos países del bloque económico, cuyos bancos tenían demasiada deuda
soberana griega. Una reestructuración inmediata habría sido menos costosa para
los contribuyentes europeos, ya que los acreedores del sector privado fueron
pagados por completo durante dos años antes de 2012, con dinero que Atenas tomó
prestado. Por lo tanto, el nivel de deuda de Grecia no varió, pero ahora los
acreedores eran el FMI y los contribuyentes de la zona euro en lugar de los
bancos y los fondos de cobertura.
El FMI también afirmó que su análisis del futuro
desarrollo de la deuda se equivocó "por un gran margen" ya que el estudio que
hizo de la sostenibilidad de la deuda "incluyó pruebas de solvencia, pero estas
pruebas demostraron ser laxas comparadas con los resultados reales".
En las negociaciones de la próxima semana, Grecia
solicitará permiso para ciertos impuestos al valor agregado, argumentando que un
alza de gravámenes a los restaurantes, por ejemplo, ha generado menos ingresos
al restringir el gasto.
A la inversa, una reducción de la tasa tributaria para
los restaurantes, sostiene el gobierno, podría impulsar los ingresos al atraer
más clientes. Por ahora, sin embargo, las autoridades de la Comisión Europea no
ven con buenos ojos la idea.
En el informe, el FMI también advirtió que los
acreedores europeos de Grecia podrían tener que considerar acelerar el alivio de
deuda del país.
Las autoridades de la zona euro se han comprometido a
reducir el valor de la deuda griega si Atenas cumple con sus promesas de más
recortes presupuestarios, mayores ingresos y una reestructuración de la
atribulada economía del país. La meta del programa es reducir la deuda griega a
124% del Producto Interno Bruto para 2020 y "sustancialmente por debajo de" 110%
para 2022, desde un máximo de 175% este año.
Sin embargo, el FMI señala que si las dudas sobre la
capacidad de Grecia de pagar sus obligaciones afectan la confianza de los
inversionistas, sería necesario un alivio más rápido de la deuda.
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