Algunos funcionarios de la Reserva Federal consideraron en junio que el banco
central necesitaría tomar más medidas para ayudar al mercado laboral, mientras
que otros pensaron que ello se justificaría sólo si la recuperación económica
pierde impulso o si la inflación cae, según la minuta de la última reunión de
política monetaria de la Fed, publicada el miércoles.
En la reunión del 19 y 20 de junio, los funcionarios de la Fed se mostraron
divididos sobre si y cuándo el banco central debería implementar otro gran
programa de estímulo. "Unos pocos miembros" consideraron que "un mayor estímulo
de política sería necesario para promover un crecimiento satisfactorio del
empleo y para garantizar que la tasa de inflación" se mantenga dentro de la
meta, según la minuta, publicada con el tradicional retraso de tres semanas. Sin
embargo, "varios otros" estimaron que nuevas medidas de la Fed "podrían estar
garantizadas" si la recuperación económica pierde impulso, los riesgos para la
proyección "se vuelven suficientemente pronunciados" o la inflación pareciera
situarse "persistentemente bajo" la meta de 2% de la Fed.
Ello marca un cambio frente a la reunión de política monetaria de abril del
banco central, donde "varios" funcionarios de la Fed consideraron que serían
necesarias más medidas sólo en caso que la recuperación económica pareciera
deteriorarse.
En la reunión de junio, algunos miembros de la Fed también se mostraron
preocupados por los efectos que podrían tener las compras de activos de la Fed
sobre los mercados.
En junio, 11 de los 12 miembros de la Fed votaron por mantener sin cambios
las políticas flexibles del banco. La Fed ha señalado desde enero que planea
mantener las tasas de interés a corto plazo en "niveles excepcionalmente bajos"
al menos hasta fines de 2014.
Sin embargo, los funcionarios de la Fed destacaron en la minuta que su
lineamiento podría cambiar en base a los acontecimientos económicos y que la
fecha en el comunicado "estaría sujeta a revisión en caso de producirse un
cambio significativo en el panorama económico".
Los funcionarios de la Fed opinaron que los problemas en los mercados
mundiales han aumentado desde su reunión anterior en abril, principalmente
debido a la crisis de deuda europea. Algunos miembros destacaron la importancia
de prepararse para cualquier repercusión de la agitación europea. Varios
funcionarios comentaron que sería útil "explorar la posibilidad de desarrollar
nuevas herramientas para promover más condiciones financieras acomodaticias y
así respaldar una recuperación económica más sólida".
Casi todos los funcionarios de la Fed consideraron que la tasa de desempleo
era superior a su meta y destacaron que la desaceleración en el crecimiento del
empleo "era más sustancial de lo que muchos participantes habían anticipado".
En general, los miembros de la Fed creyeron que las recientes cifras seguían
mostrando que la economía se expandía moderadamente. La inflación de precios al
consumidor había caído desde la reunión anterior, principalmente como reflejo de
los menores precios del petróleo y la gasolina, según la minuta.
En la reunión de política de junio, los miembros de la Fed también hablaron
sobre hacer cambios a la forma en que se comunican con el público. "Muchos" se
mostraron interesados en desarrollar una "proyección económica cuantitativa" y
cómo ello conducirá a la política monetaria, pero reconocieron que sería
"complicado" debido a la gama de opiniones entre los funcionarios de la Fed.
En su última reunión del 19 y 20 de junio, los funcionarios de la Fed
extendieron hasta fin de año un programa de US$667.000 millones destinado a
reducir las tasas de interés a largo plazo. Bajo la llamada "operación twist",
el banco central vende notas a corto plazo y utiliza esa recaudación para
comprar valores de mayor vencimiento.
Los funcionarios de la Fed no anunciaron un tercer gran programa de compras
de bonos en junio, pero sugirieron de forma más asertiva que antes que lo
podrían hacer a futuro.
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