Las acciones estadounidenses están a un paso de alcanzar su nivel más alto en
casi cinco años, un logro que debería dejar contentos a los inversionistas. En
lugar de celebrar, sin embargo, el mercado ha reaccionado con escepticismo y
apuntado a las señales de debilidad económica y las dudas acerca de si la Fed
emprenderá una nueva ronda de estímulo monetario.
El Promedio Industrial Dow Jones ha subido durante las últimas seis semanas y
acumula un alza de 9,7% desde inicios de junio. El indicador cerró la jornada
del viernes en 13.375,20 puntos, quedando muy cerca del máximo de diciembre de
2007.
Sin embargo, las ganancias han sido recibidas con desdén. Algunos estrategas
aseguran que la economía estadounidense sigue siendo frágil y que el crecimiento
de las ganancias de las empresas pierde potencia, razones por las cuales las
acciones no deberían estar tan arriba. Los analistas técnicos señalan que la
racha positiva del mercado es insostenible y los inversionistas han mostrado su
rechazo al retirar dinero de los fondos mutuos de renta variable.
Los flojos volúmenes de transacciones y las persistentes salidas de capital
sugieren que pocos inversionistas están ansiosos de entrar al mercado. La piedra
angular del reciente auge, según muchos analistas, es la creencia de que la
Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) anunciará una nueva ronda de relajación
cuantitativa para estimular la economía, posiblemente en septiembre. Algunos
inversionistas también apuestan a que el Banco Central Europeo inyectará dinero
al sistema financiero de la región.
No obstante, esa creencia acarrea ciertos riesgos, asegura Gina Martin Adams,
estratega de valores de Wells Fargo Securities, quien asegura que la economía
estadounidense está mostrando señales de mejoría, un factor que podría hacer que
la Fed retrase su intervención. "Este auge parece un poco prematuro", dice
Adams. "Se funda en la idea de que la Fed nos rescatará".
La semana pasada, Adams redujo sus expectativas para el índice de acciones
S&P 500, citando una desaceleración del crecimiento y un "tono negativo" por
parte de las propias compañías. Si la Fed no anuncia nuevas medidas, las
ganancias de las últimas semanas se desvanecerían rápidamente, observa.
A su vez, en septiembre aparecerán nuevos obstáculos en Europa, incluyendo un
dictamen del tribunal constitucional alemán sobre la legalidad de la
participación del país en el rescate de la zona euro.
En los últimos años, las alzas del mercado bursátil han llamado menos la
atención que los declives, en parte porque ocurrieron de manera más paulatina.
Además, cada auge ha terminado en un desplome conforme las preocupaciones
macroeconómicas, desde la crisis de la deuda europea hasta la debilidad de la
economía estadounidense y la desaceleración de China, vuelven al primer plano.
En los primeros cuatro meses del año, por ejemplo, las acciones subieron
8,6%. Sin embargo, esas ganancias fueron borradas en apenas cuatro semanas a
medida que Grecia y España quedaron al borde de salir de la zona euro.
A eso se debe en parte que los volúmenes de transacciones de acciones
estadounidenses hayan caído de 7.800 millones al día en 2011 a 6.800 millones
este año, según el equipo de estrategias de corretaje del banco de inversión
Credit Suisse. Cerca de US$70.000 millones han sido retirados de los fondos
mutuos de acciones a largo plazo estadounidenses en lo que va del año, según
Investment Company Institute.
Muchos inversionistas fueron escépticos respecto a las acciones por un largo
tiempo después de la crisis financiera de 2008, quedándose al margen del repunte
del Dow Jones, que más que duplicó los mínimos que alcanzó en marzo de 2009.
De todos modos, los estrategas y analistas pesimistas ofrecen pruebas de su
cautela. Pese a que el Dow se ha recuperado, el precio del cobre, un barómetro
de la actividad económica global, no ha registrado ganancias en lo que va del
año y se ubica 14% por debajo de su máximo de 2012. El índice de referencia de
Shanghai ha caído 3,8% este año, una señal de las dudas en torno al desempeño de
la economía china.
Además, menos acciones de lo normal han alcanzado sus puntos más altos en
tres y 12 meses, en comparación a auges anteriores, lo que sugiere que las
ganancias están siendo impulsadas por un pequeño grupo de empresas en vez de un
grupo más amplio del mercado.
"Lo importante es la participación", señala Chris Verrone, director de
análisis técnico de Strategas, en Nueva York. "Los mercados alcistas saludables
se asocian habitualmente a la apreciación de muchas acciones, pero acá unas
pocas empresas están haciendo el trabajo pesado", afirma.
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