El euro ha caído nuevamente en picada, con un leve repunte, y es posible que
permanezca allí.
Por un breve periodo, la moneda única había despegado, apreciándose sobre
US$1,30 mientras los inversionistas celebraban el último éxito de los políticos
en evitar que la crisis de la eurozona explotara en su cara.
Esta vez hubo una cesación de pagos parcial administrada calmadamente por
parte de Grecia, en la cual los inversionistas privados recibieron
"voluntariamente" un recorte del 70% sobre sus inversiones en bonos.
Aún está por verse si esta última artimaña evitará que Grecia abandone el
euro, pero eso no evitó que los rendimientos de otros países deudores se
desplomaran y que el euro se apreciara por encima de US$1,31 por primera vez en
cerca de dos meses.
Luego, este jueves, todo volvió a la normalidad.
El Banco Central Europeo recordó a los mercados financieros el lamentable
estado de la economía de la eurozona y el ex primer ministro de Italia Silvio
Berlusconi nos recordó la fragilidad de los políticos italianos.
El Bundesbank alemán luego ratificó en punto temprano el viernes con su
propia actualización del crecimiento alemán, al reducir su proyección para 2013
de 1,6% a 0,4%.
Dada la importancia de las economías centrales para asegurar el futuro del
euro y debido al continuo fracaso de los políticos de la eurozona para estimular
el crecimiento, la necesidad de una flexibilización anticipada por parte del BCE
parece ser incluso más vital.
Por otro lado, la noticia acerca de que Berlusconi retirará su respaldo al
gobierno provisional tecnócrata de Italia, encabezado por Mario Monti, tuvo
consecuencias similares para el euro.
Esto podría forzar a Monti a llamar a elecciones anticipadas y hundir a
Italia nuevamente en un periodo de inestabilidad política, lo que haría incluso
más difícil para el país adoptar las medidas presupuestarias necesarias para
mantener controlados sus problemas de deuda.
El impacto de estos nuevos temores políticos se hizo particularmente evidente
en los mercados de bonos, donde los rendimientos de los títulos de referencia
españoles e italianos fueron impulsados a un alza de entre 10 y 15 puntos
básicos después de semanas de retrocesos.
Esto sugiere que pese al reciente rescate para Grecia, la crisis de la
eurozona continuará produciendo nuevos desafíos que pondrán a prueba la
confianza de los inversionistas en el futuro de la moneda única.
Cuánto y cuán rápido se debilitará el euro frente al dólar, probablemente va
a depender de los acontecimientos en Estados Unidos y si el país puede evitar
caer nuevamente en recesión.
Pero eso no significa que el euro evitará pérdidas más serias en general
mientras los inversionistas realizan ajustes en sus carteras con vistas al nuevo
año.
Estas podrían ser incluso mayores si los inversionistas, que antes estaban
felices de respaldar a Alemania, comienzan también a perder la fe en ese país.
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