El Pormedio Industrial Dow Jones , la principal referencia de Wall Street, volvió a perder hoy la cota de los 12.000 puntos arrastrado por el temor al impacto que tendrá sobre la recuperación económica mundial el devastador terremoto que asoló a Japón el viernes pasado.
Si el día de la tragedia los inversores neoyorquinos vieron en el seísmo una posibilidad de negocio cuando se lleve a cabo la reconstrucción de la tercera economía mundial, este lunes Wall Street dejaba esa mirada optimista y veía en el peor terremoto de la historia nipona un motivo de alerta.
En sintonía con la caída del 6,18 % con la que cerró en su primer día de operaciones desde el terremoto el índice Nikkei, el indicador de referencia de la Bolsa de Japón, el parqué neoyorquino amaneció ya en números rojos.
Las caídas se fueron ampliando a lo largo de la jornada, hasta que hacia el ecuador de la sesión los principales índices del parqué neoyorquino registraron descensos superiores al punto porcentual, algo que lograron moderar en los últimos minutos de las contrataciones.
Finalmente el Dow Jones descendió un 0,43 %, con lo que no pudo evitar volver a perder la importante barrera psicológica de los 12.000 puntos, al cerrar en las 11.993,16 unidades, que ya había perdido el jueves pasado y que logró conquistar en febrero tras más de dos años sin poder alcanzarla.
Algo parecido ocurrió con los otros dos principales índices de Wall Street, el selectivo S&P 500 y el índice compuesto del mercado Nasdaq, que después de haber anotado decididas caídas hacia la media sesión terminaron con sendos descensos del 0,6 % y el 0,54 %.
El tono bajista de la jornada tenía que ver con el miedo que suscitaba el posible impacto que tendrá sobre la recuperación económica mundial, y en específico la estadounidense, el devastador terremoto de 9 grados en la escala abierta de Richter y posterior tsunami que asolaron Japón el viernes pasado.
Este lunes el banco Credit Suisse ya calculaba que la tragedia podría ocasionar unas pérdidas económicas en Japón de 15 billones de yenes (más de 180.000 millones de dólares), equivalentes al 3 % del producto interior bruto (PIB).
Exactamente de esa suma ha sido la inyección de liquidez de urgencia que ha decidido realizar el Banco de Japón (BOJ), la mayor de su historia, con la que ha intentado paliar la presión sobre los mercados como consecuencia del terremoto.
Sin embargo las acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York de compañías japonesas se vieron duramente afectadas este lunes: el gigante electrónico Sony cayó un fuerte 7,09 % y también bajaron notablemente los fabricantes de automóviles Toyota (-4,58 %) y Honda (-3,95 %).
El desastre en Japón centró hoy gran parte de las miradas en Wall Street, aunque los inversores siguieron de cerca la evolución de los acontecimientos en Libia, donde continuaron este lunes los violentos enfrentamientos entre las tropas leales al régimen de Muamar el Gadafi y las fuerzas opositoras.
Sin embargo los precios del crudo de Texas, que habían traído de cabeza a los mercados de valores en las últimas semanas, continuaron este lunes con su relajación y apenas registraron un mínimo ascenso del 0,02 %, aunque cerraron de nuevo por encima de los 100 dólares por barril.
El tono optimista de la sesión llegó de la mano del conglomerado empresarial Berkshire Hathaway, del multimillonario Warren Buffett -tercer hombre más rico del mundo según Forbes-, gracias a la adquisición por unos 9.700 millones de dólares en efectivo de la química Lubrizol en la que supone una de las mayores adquisiciones de la historia de ese grupo.
A pesar de la noticia Berkshire Hathaway acabó con un descenso del 1,25 %, mientras que Lubrizol se disparó el 27,73 %.
Por su parte Bank of America cerró la sesión con un descenso del 1,04 %, en un día en el que el grupo de activistas por internet Anonymous difundió correos electrónicos que supuestamente revelan malas prácticas por parte de ese banco con el objetivo de aumentar los embargos hipotecarios de sus clientes.
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