La inminente reunión de la Reserva Federal ha trabado a los economistas en un
debate sobre si los débiles datos económicos forzarán a los funcionarios a
proporcionar más estímulo a la economía.
Es poco probable que ese tira y afloja obstaculice una resolución oficial
antes de la reunión del Comité Federal de Mercados Abiertos prevista para el 19
y 20 de junio. Basado en el actual calendario y el periodo de veda que precede a
la reunión del comité, la aparición el martes del gobernador de la Fed Daniel
Tarullo fue el último intento de las autoridades de política monetaria para
influir en sus resultados.
La disminución de las presiones inflacionarias es una dinámica a nivel
mundial, según Andrew Kenningham, de Capital Economics. "La inflación general ha
caído este año en la mayoría de las grandes economías y es probable que
retroceda aún más mientras no se genere crecimiento, se profundice la crisis de
la zona euro y los precios de las materias primas sigan cayendo", escribió a sus
clientes, y añadió "esperamos que la inflación en el G7 promedie apenas el 1% el
año próximo".
Kenningham relaciona la ausencia de presiones inflacionarias en los precios a
la caída de la demanda mundial, "la abundancia de capacidad ociosa" en los
mercados laborales, y el retroceso en los precios de las materias primas.
Tras examinar a fondo Estados Unidos, el principal culpable de la creciente
inflación del país, el precio de la energía, se ha visto relegado. Un informe
del martes dice que el precio de los bienes importados cayó por el margen más
amplio en casi dos años durante mayo. La caída del 1% fue encabezada por los
precios del petróleo, que disminuyeron un 4,2% el mes pasado.
"Los precios de las importaciones están cayendo debido a que todos en el
mundo están tratando de vender al único mercado donde hay cierta demanda,
Estados Unidos", dijo Joel Naroff, de la firma de pronósticos económicos Naroff
Economic Advisors. Como las empresas están interesadas en reducir los precios
para aumentar la capacidad de venta, "aquellos que estén preocupados sobre la
inflación, al menos por ahora, deberían calmarse", dijo.
La situación de los precios de la energía muy probablemente haga que el
índice de precios al consumidor de mayo, cuya publicación está prevista para el
jueves, se haya debilitado, aunque la presión de los precios subyacentes
posiblemente demuestre ser un poco más resistente. Se espera que el IPC general
caiga un 0,3%, y que los precios excluyendo alimentos y energía registren un
aumento del 0,2%.
Economistas de RBC Capital coinciden con la opinión de consenso. Destacan que
si sucede lo que se espera, la inflación, sobre una base anualizada, solo será
del 1,8%, lo cual se sitúa por debajo de la meta del 2% de la Fed, una situación
que se registró por última vez en enero de 2011. "La caída de los precios en
gasolineras y la disminución de la presión de los precios en el nivel de insumos
para las empresas harán caer el IPC general por debajo del 1,5%" sobre una base
anualizada a comienzos del tercer trimestre, dijeron economistas de RBC.
Pero no todos los economistas opinan que la inflación se está volviendo más
benigna. Joe Lavorgna, de Deutsche Bank, argumenta que las fuerzas que están
impulsando a la inflación en general y estructural son bastante distintas en
este momento, y cuando se mira la tendencia de los precios subyacentes, cosas
como los costos de los servicios y la manera en que los precios de las viviendas
afectan el informe del IPC, colectivamente apuntan a una tendencia de precios
subyacentes más severa.
El banco de Lavorgna espera que la inflación estructural crezca entre un 2,3%
y un 2,6% hacia fin de año. Si la economía se "acelera moderadamente" el año
próximo, la inflación estructural podría incluso subir al 2,8% hacia fin de año.
Las posturas divergentes sobre las perspectivas para los precios, así como
los distintos enfoques sobre los precios generales y estructurales, muestran la
dificultad de obtener certezas sobre qué está pasando en realidad con la
dinámica de precios. La dinámica de los precios de las materias primas
frecuentemente está sujeta a oscilaciones amplias, y eso puede generar
volatilidad en los precios generales.
Funcionarios de la Fed han dicho en reiteradas oportunidades que su meta es
el control de la inflación general. Además, los principales funcionarios de la
Fed siguen creyendo que mientras el desempleo se mantenga alto, los salarios
difícilmente suban demasiado, y que tomará un largo tiempo controlar las
presiones inflacionarias. Mientras estos funcionarios clave del banco central
piensen de esa manera, esto sugiere que la Fed se verá a sí misma con espacio
suficiente para proporcionar mayor estímulo, si decidiera tomar esa senda.
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